sábado, 11 de agosto de 2012

Suerte, y hazme caso.

Hay veces en las que sales de tu casa, sonríes y todo está bien. Pero ya al volver, te acuestas en tu cama, cuando nadie está mirando, cuando no tienes que impresionar a nadie y puedes ser tu mismo. El miedo entra en tus pensamientos y parece imposible levantarse, pero, no es así.
Nunca hay que rendirse, pues si te quedas en el suelo, ¿alguna vez te vas a levantar? ¡NO!
Para levantarse, hay que tratarlo mil veces y más. Pues si estás tratando existe la posibilidad de lograrlo.
No puedo decir que entiendo tu dolor, pero si sé que es tener un corazón roto y sentirse solo.
Vas a encontrar tu fuerza. Solo quería decirte que, esto no es un final.
Muchas veces la gente te molesta, te dicen que eres feo y luego llegas a tu casa, te miras al espejo y dices: Si que soy feo.
De alguna forma, empieza a importar la forma en la que luces. Y luego, te importa a ti porque les importa al resto. ¿Por qué? ¿Por qué importa como te veas? Porque si a ellos no les gusta, ¿quien lo hará? Si ellos no te aceptan, ¿quien lo hará? Y el miedo que dá esque te vayas a quedar solo. De que no eres lo suficiente y debes cambiar. Empiezas a tener preguntas sin respuestas. En la vida tenemos cosas que no se pueden cambiar. Pero si existe la posibilidad de darse por vencido o continuar siendo feliz. ¿Vas a creer lo que ellos creen que eres o vas a darte cuenta de lo que vales?
Vas a encontrar tu fuerza. Solo quería decirte que, esto no es un final.