jueves, 25 de abril de 2013

Crecer, ¿que coño significa crecer?
Algunos lo llaman madurar, otros cumplir años. Dicen que madurar lo hacen solamente las frutas, otros dicen que no maduramos con los años, si no con los daños. Cuando tenemos 13 ó 14 años, ahí empezamos a creer que lo sabemos todo, entonces queremos crecer, porque somos pequeños, y nos pensamos que bebiendo alcohol, fumando e incluso drogándonos podemos ser más grandes que antes, con solamente 13 ó 14 años.
Sí, queremos ir de fiesta, quedarnos hasta tarde levantados, desobedecer a los padres, porque ellos nunca tienen razón (pero siempre la tienen). Queremos ir de "guays", molar, conocer a todo el mundo, hacer cosas que no prohiben, porque lo prohibido es tentador. Las generaciones de hoy en día van muy avanzadas, con 12 años yo jugaba a tazos ni salia de fiesta, ni bebía. Ni teléfonos moviles, ni Facebook, ni mierdas. Cuando salíamos del cole íbamos al parque, del parque hasta que anochecer, y íbamos directos a casa. No había preocupaciones de novios ni mierdas, queríamos ir vestidos lo más molones posibles siempre, nada de falda cortita, pantalones enseñando el culo, camisetas que parecen tops.
Ahora ya somos copias de todos, nadie tiene personalidad, solamente hay peleas, y la confianza cada vez da más y más asco. Nos creemos superiores, que nos comemos el mundo, y algunas no se comen el mundo, van a comer pollas. Que a los 12 años ya follas, y si no lo haces dicen que eres una estrecha. Que si dices siempre que no eres difícil, que si dices que sí siempre ya eres fácil. Si te lías con muchos, eres una puta. Si te has liado con uno o no te has liado, eres una monja. ¿Hola? Que queréis hijos mios. Lo único bueno que hay es la música, y últimamente ya la están contaminando. No tengáis prisa en crecer, que solamente pasas por la infancia una sola vez, tanto como por la adolescencia que la vejez. No hay prisa, poco a poco, todo llega, hay edades para todo.

  Sin pausa pero sin prisa.

viernes, 19 de abril de 2013

" Hoy quemé tu carta. La única carta que me escribiste. Y yo te he estado escribiendo (sin que tú lo sepas) día tras día. A veces con amor, a veces con desolación, a veces con rencor. Tu carta la conozco de memoria: catorce líneas, ochenta y ocho palabras, diecinueve comas, once puntos seguidos, dicisiete acentos ortográficos y ni una sola verdad. "
Se puso los cascos y se sentó en medio de la calle, sin importarle nada, en una calle cualquiera. Miró hacia el cielo, y contempló las estrellas, mientras escuchaba una canción en la que decía: 'pero a ver si sale el sol, en este campo de concentración que llaman vida, que llaman muerte, si al fin y al cabo hablamos de suerte, donde estará, que droga será, para sonreír una vez más, quiero volver a ser el que un día fui, vivir sonriendo y no sobrevivir, préstame tú tu claridad, antes de que llegue la oscuridad'. En ese mismo momento, se dio cuenta de que a veces hay que salirse de la rutina, porque la simple acción de sentarse en medio de una calle y contemplar las estrellas, puede resolverte muchas dudas, hacerte darte cuenta de muchas cosas. Como que ni un cielo estrellado es más bonito que su sonrisa.

jueves, 11 de abril de 2013

— Has cambiado.
— ¿Qué pasa? ¿Es que no puedo cambiar?
— Es que antes...
— Antes, antes, siempre antes... Tú tampoco eres la chica de la que yo me enamoré pero busco en ti y siempre acabo encontrando algo de lo que volver a enamorarme.
Tienes que decidir. Si te quieres enamorar del presente o si te vas a ir con mi pasado.
Se tumbó, me acercó a su pecho y 3 segundos después me besó como nunca.
Chicas que van de cama en cama follándose al primero que pasa, por un calentón, son las mismas que llaman "puta" a la primera chica que lleve un pantalón corto y se le vea un poco la nalga.
¿Más triste? Imposible.