jueves, 10 de enero de 2013

Hoy he salido pensando que era el primer día del año que no estabas en mi mundo y todo me ha aprecido extraño, ajeno de otros. Pero te he sentido muy cerca, como cuando caminabas a mi lado. Me enseñaste tantas cosas. Copartimos muchas noches en vela. Me cuesta escribirlo todo, es como cuando quiero nadar en todo el mar, y no se puede. Ahora me pasa lo mismo, qu eno puedo escribirtelo todo y me gustaría poder hacerlo. Aunque ya no puedas leerme, sé que lo hacias siempre. Nos fuimos a soñar juntos, y siempre cada día, me he sentado y me sentaré contigo en ese banco, por encima de las hojas. ¿Qué buscábamos? ¿Que encontramos? Tu me encontrate a mi, y yo a ti. Todo ha vuelto a mi memoria de golpe. Todo lo que me regalaste, tu canción de cumpleaños feliz, el hospital, tus amigos (de los que tanto me hablaste), tu risa, tus palabras, cuando me reñías, tus abrazos. Tu compañía. Tus noches de fútbol. Siempre te querré, siempre. Y te lo dije mil veces, desde que era una enana. Te lo digo otra vez más. Y ojalá pudiera volver a atrás y convencerte de algunas cosas. Y ojalá pudiera estar más contigo de lo que estuve. Maldita sea. Desde hoy, una parte de mí ya no está porque te la llevaste contigo. Como aquella historia a la que ya jamás podremos volver a estar juntos como antes. Pero siempre estaremos ahí, tu y yo. Estas aquí. No quiero irme de este escrito, no quiero despedirme de ti. Caminaremos siempre juntos. Te quería mucho, ¿lo sabías?, mucho...