A mí no me andes pidiendo besos, pídeme que te pase el azúcar, pídeme la
hora, pídeme el café y pídeme perdón cuando seas un hijo de puta como
todos, pero un beso tienes que robármelo, arrancarlo de mi ser, que
cuando uno pide algo es porque está dispuesto a escuchar una negación y
yo quiero que tú nunca estés dispuesto a vivir sin mis besos.